no quiero llegar, sigo padaleando fuerte bien fuerte, pero en realidad no quiero llegar,
quiero seguir pedaleando toda la noche y llegar a otro lugar aunque mis piernas tiemblan de cansadas, mi boca apunto de explotar con el sonido más largo y estridente que a emitido, ni siquiera puedo llorar, sólo espasmos en mi pecho y ese nudo que se convierte en dolor de cabeza, ah! cómo he cambiado ni siquiera me reconozco, ya no me conozco.
Es entonces cuando dejo de pedalear y me dejo llevar, así por la inercia y dejo de luchar, pronto regresaran las ganas. Muy pronto,
pero hoy no quiero hablar.
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3 comentarios:
emmm...No sé si sea tan bueno eso de no reconocerte..a mi me pasa algo parecido, aún algo leve.Amadís me estuvo hablando esta semana de la retroevolución...se trata de mirar pa'trás sin quitar la vista del frente, caminar al origen y al futuro simultáneamente. Por eso es como necesario no dejar que nos habite la desmemoria,que además nos persigue, por todas partes.Un fuerte y largo abrazote.Buen tiempo.
A mi e tanto pedalearle con fuerza la cabeza se me nublo y el niño de las frutas me tuvo que ayudar.
Hoy pedele-é (pedalie pues) bien duro también y llegue tempra a la escuela y ni sude ay si hahaha
un salvavidas!?!!!???
de gomitaaa...? de... q sabor? :)
la avalancha de arriba suda todo el tiempo
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